Como entender el Síndrome de Ovarios Poliquísticos
El Síndrome de Ovarios Poliquísticos es la enfermedad endocrino-metabólica más común en la mujer joven (menor de 40 año), afectando al 10% de mujeres de todas las mujeres en el mundo. ¡En el Perú existen 15 millones de mujeres aproximadamente, 32% menores de 40 años, teniendo una incidencia de SOP en el Perú de 480 000 mujeres!! El 50% se encuentran en Lima, la gran mayoría sin diagnostico mucho menos tratamiento.
El Síndrome de Ovarios Poliquísticos tiene una causa genética y por lo tanto no existe cura, tan solo podemos controlar los síntomas y disminuir las complicaciones, siendo hoy en día la Obesidad la primera falla en el tratamiento.
Es importante saber que por la complejidad de esta enfermedad el problema no radica tan solo en los ovarios, sino afecta a la mujer de forma integral, con problemas en piel (acné, hirsutismo) enfermedades cardiacas (infarto), infertilidad, depresión, obesidad y alteraciones hormonales, mayor incidencia de hipotiroidismo e hiperprolactinemia. Por lo tanto, esta enfermedad no es terreno único de la Ginecóloga, sino debe trabajar de forma conjunta con Endocrinólogos, nutricionistas, psicólogos, dermatólogos, cardiólogos etc.
¿Qué es el Síndrome de Ovarios Poliquísticos?
Para ser más correctos, este síndrome debería llamarse (y de hecho se llama) Hiperandrogenismo ovárico funcional o anovulación crónica hiperandrogénica, aunque cuando hablamos así de él, casi nadie se entera, así que, por defecto, lo seguimos llamando Síndrome de Ovarios Poliquísticos (SOP).
Es un trastorno endocrino-metabólico, en el que los problemas de base son el exceso de andrógenos producidos por el ovario (hormonas típicamente masculinas) y, en la gran mayoría de pacientes, la resistencia a la insulina (RI).
¿Por qué mi cuerpo produce estas hormonas llamadas andrógenos?
Hay más de 90 genes implicados en la presentación del Síndrome de Ovarios Poliquísticos, estos genes regulan la expresión y acción de la insulina. En nuestro cerebro hay una Glándula que es la regula todas nuestras hormonas y esta se ve afectada directamente por la acción de la insulina contribuyendo a su desequilibrio.
Algunas mujeres que pueden presentar alteraciones en la insulina, pero otras pueden ser aparentemente normal, pero esto no es así del todo, si bien su valor en sangre es normal, incluso con este valor hay una hipersensibilidad y los valores normales ya producen grandes alteraciones a nivel hormonal.
¿Cuáles son los síntomas y signos más frecuentes?
Las pacientes desconociendo esta enfermedad van a la consulto sobre todo por 3 motivos
- Ausencia de menstruación por 2 o 3 meses o menstruación muy escasa, de 1 o 2 dias de color marrón.
- Menstruación prolongada y con ciclos de 21 o 24 dias.
- Sobrepeso, asociado a problemas de acné y muchos vellos en brazos y piernas (hirsutismo)
En la consulta diaria recibo paciente derivadas del área de dermatología, mujeres delgadas o con obesidad con acné persistente luego de la pubertad, para descarte de SOP, pero el acné está presente en el 20% de mujeres con SOP, teniendo una incidencia igual que en la población sin SOP.
Pero, además, pueden presentar:
- Ciclos anovulatorios, es decir, ausencia de ovulación y, por ende, infertilidad o dificultad para concebir.
- Menarquia precoz (edad de la primera menstruación)
- Menopausia tardía.
- Abortos espontáneos, diabetes gestacional, hipertensión gestacional, otras complicaciones.
- Hipogalactia (disminución de la producción láctea durante la lactancia) o hipergalactia (lo contrario).
- Hirsutismo: exceso de vello terminal, osea, vello grueso y oscuro, en zonas típicamente masculinas (patillas, barbilla, cuello, pecho, ombligo…).
- Sobrepeso, obesidad, dificultad para mantener un peso saludable, con especial tendencia al acúmulo de grasa a nivel de cintura y abdomen (rasgo típico, por cierto, de la RI), sensación de hinchazón.
- Acanthosis nigricans: zonas oscurecidas y engrosadas de la piel a nivel de la nuca, axilas, codos, rodillas y otras localizaciones, también típico de la RI.
- Otros trastornos en la piel: acné (sobre todo en cara y mitad superior de pecho y espalda), alopecia androgénica (caída del pelo, sobre todo a nivel de la coronilla), cabello frágil y fino, piel seca, dermatitis…
- Síntomas derivados de la RI: falta de saciedad y sensación de mareo o sueño después de las comidas…
- Enfermedades asociadas a la RI: hipertensión arterial, colesterol y triglicéridos elevados, intolerancia a la glucosa, diabetes tipo 2, hígado graso no alcohólico…
- Ovarios aumentados de tamaño y con múltiples quistes (para esto hay que hacer una Ecografía ginecológica)
Otros: celulitis, ovulaciones y menstruaciones dolorosas, asociación con otras disfunciones endocrinas (hipotiroidismo, exceso de prolactina…), hipersensibilidad mamaria, trastornos en la libido, resequedad vaginal, candidiasis vaginal a repetición, dolor durante las relaciones sexuales, fatiga, trastornos del ánimo y sueño, migraña.
¿Cómo se diagnostica?
Desafortunadamente no existe un examen único que nos dé un diagnostico al 100%, el diagnostico está basado en la evaluación del médico, quien debe elaborar una historia clínica, examen físico, y exámenes de laboratorio, pidiendo dosaje de algunas hormonas, insulina y pruebas de glucosa. Por lo tanto, si el profesional no descarta otras enfermedades que pueden simular el SOP con estudios inconclusos puede llevar a un mal manejo y un tratamiento incompleto.
En definitiva, para diagnosticar correctamente el SOP, en primer lugar, debemos sospecharlo (por los signos y síntomas que describe la paciente y que nosotros detectemos en la exploración).
Dentro de la evaluación se solicita una Ecografía ginecológica que demuestre, o no, la presencia de microquistes ováricos múltiples. Es importante recalcar que, si usted tiene síntomas de Síndrome de Ovarios Poliquísticos, y le hacen pruebas y estas con compatibles con SOP, pero en la ecografía se ven ovarios normales, esto no excluye el diagnostico, actualmente ya no se habla de un prototipo de mujer con SOP, sino existe una variedad de perfiles con diferentes matices de esta enfermedad. Así mismo si usted no tiene síntomas, y por control le hacen una ecografía y encuentran ovario poliquisticos, no se alarme, porque esto puede ser una variante de normalidad, que no necesite tratamiento y por lo tanto no le va traer consecuencias a largo plazo.
¿Qué tratamiento debo seguir?
Lo principal y lo más difícil es hacer un cambio de vida, los hábitos alimenticios es la gran muralla a escalar, muchas veces imposible y mal llevada por los especialistas. No hay tratamiento si no se cambia los estilos de vida, casi el 70% de mujeres con SOP cursan con sobrepeso y obesidad. La enfermedad genera un aumento de peso por los ciclos anovulatorios y la resistencia a la insulina, este sobrepeso a su vez agrava los ciclos anovulatorios y genera más resistencia a la insulina, volviéndose un ciclo repetitivo.
Por lo tanto, si no puedo modificar la enfermedad que será crónica e incurable, si puedo modificar lo que como, lo que bebo y mi actividad física, donde mi cuerpo será un templo, y vigilaré de forma permanente mi dieta y hare ejercicios para quemar la grasa acumulada. Sin ejercicios no existe dieta que valga. Siempre comparo la obesidad a un banco, si tengo mis ahorros y nunca los gasto, siempre se mantendrá igual aunque deje de aportar dinero, pero si en vez de aportar empiezo a gastar, dentro de poco esos ahorros se acabaran, es así que nuestro cuerpo si deja de ganar peso pero no hacemos ejercicio, el exceso de peso no se perderá, entonces debemos forzar a nuestro organismo con ejercicios para gastar ese peso ganado.
Las pacientes con Síndrome de Ovario Poliquístico y sobrepeso requieren de un nutricionista y un entrenador físico, que adaptara su estío de vida para una pérdida gradual y sostenida del peso, hacer una dieta y no controlarse, o matricularse a un gimnasio sin una supervisión no sirve, esto requiere de profesiones capacitados y de nuestro mayor esfuerzo, personal, económico y familiar, para no romper la dieta.
Anticonceptivos: han sido el tratamiento de elección durante muchos años, y lo que se consigue con ellos es dejar en reposo el ovario, impedir que produzca hormonas (tanto andrógenos como estrógenos y progestágenos) y que se formen quistes. Son efectivos, rápidos, bastante seguros. Sin embargo, no tratan el origen del problema, sino que “tapan” los síntomas mientras dura el tratamiento. Eso sí, en caso de no tener deseo gestacional, probablemente sean el tratamiento de elección.
Metformina: Se usa para sejorar la sensibilidad de la insulina, contribuye a mejoara la fertilidad, disminuir el nivel de andrógenos, contribuye a la baja de peso y sobre todo disminuye el riesgod e abortos y diabetes en el embarazo. No se usa de forma estandarizada en todas las mujers, y esto requiere una evaluación previa.
Antiandrógenos: estos fármacos bloquean la producción excesiva de andrógenos, sin embargo, por sus efectos secundarios, deben reservarse para los casos en los que los síntomas derivados del hiperandrogenismo sean muy importantes y mal tolerados.
Otros tratamientos: existen otros tratamientos complementarios con mejores o peores resultados, pero que, a pesar de ser “naturales”, deben ser controlados por un especialista con experiencia. Es por ejemplo el caso del inositol, el myo-inositol, el sauzgatillo…solos o acompañados de vitaminas y minerales.
Tratamiento del hirsutismo: además de los anteriores y de las distintas técnicas de depilación, podemos utilizar Eflornitina en crema, que, aunque no es milagrosa y no funciona en todas las mujeres, puede retardar el crecimiento del vello y hacer que nazca más fino mientras se utiliza.